Eik creció en Groenlandia y tenía muchos recuerdos increíbles de la infancia jugando en la nieve. Después de ver una foto de él y su perro Nuki, Eik supo que quería crear botas de invierno divertidas y coloridas. El gran agarre y los colores llamativos hacen de estos zapatos y botas un sueño hecho realidad para el fundador de Rubber Duck y quienes los usan.